El malinois, un perro que no todo el mundo puede tener

Los perros de raza pastor belga malinois son unos excelentes compañeros caninos en el ámbito casero, pero requieren de profundos conocimientos de los perros en general y de la raza en concreto. Es un perro imbatible, pero no es apto para cualquier dueño.

Su origen se remonta a finales del siglo XIX. Un veterinario belga estableció los estándares para los perros pastores de la zona dando lugar a una de las razas caninas más valoradas por su versatilidad y dinamismo desde la Segunda Guerra Mundial, pues el malinois destacó por su capacidad en el trabajo militar. Esta raza canina proviene de la ciudad de Bélgica llamada Malinas y es una de las cuatro variedades del grupo de pastores belgas: Groenendael (negro, pelo largo), Laekenois (pelo ondulado, color arena, variable), Tervueren (pelo largo, color arena, sable, otros) y Malinois (pelo corto, máscara negra pronunciada, color variable). La raza pastor belga malinois se reconoció en 1909, desmarcándose por ser una raza con aptitudes naturales muy superiores a otras razas caninas que permitía ampliar sus cometidos a cualquier ámbito, por lo que es el perro de utilidad por excelencia. Al popularizarse los deportes con perros donde debían superar pruebas de obediencia, agilidad y protección, los criadores fueron seleccionando ejemplares para crear líneas de perros más potentes y resistentes. Al crear un “súperperro”, el malinois dejó de estar destinado para ser mascota o pastor de rebaño. La cría de selección se ha centrado en conseguir un perro valiente, adiestrable, incansable y versátil, por lo que en manos inexpertas puede ocurrir lo que sucede con los niños superdotados, que suelen ser los que más fracaso escolar acumulan si no están bien canalizados.

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Los perros de raza pastor belga malinois son “perros de trabajo” que sobresalen en el ámbito de la protección, asistencia, búsqueda y rescate y actividades deportivas caninas como el ‘agility’ o el ‘mondioring’. Aunque esta raza rebose energía desde edades tempranas, es importante respetar las etapas de la vida del animal, no anticipándonos a introducirlos en el mundo del ejercicio físico antes de tiempo. Además, que sea un perro con alto nivel de exigencia física y mental, no quiere decir que estemos tratando con una raza agresiva. Al contrario, si se le cubren sus necesidades y recibe una buena educación estaremos hablando de un ejemplar que puede ser un gran compañero y cariñoso con toda la familia. Los perros de trabajo, bajo una correcta educación, disfrutan de las órdenes y se divierten trabajando, lo necesitan para su estabilidad física y emocional. Por tanto, un malinois no se contenta con dar una vuelta de diez minutos a la manzana y luego esperar ocho horas metido en casa a que vuelva su dueño. Si ese es su plan de tener un malinois, mejor que asuma que en esas ocho horas el perro se tomará la licencia de hacer reformas en su casa: cavar en el jardín, arrancar plantas, arrastrar el sofá, morder las paredes, arrancar el parqué,…

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Puesto que un malinois no trabaja actualmente doce horas al día moviendo ovejas y sigue siendo (si no más) un perro extraordinariamente activo y completo, muy pocos guías estarán a su altura para proporcionarle la canalización de energía que necesitan. Además de un adiestramiento serio en obediencia, el malinois necesita trabajar al menos tres días a la semana y una estimulación diaria. El malinois no es un perro para nada agresivo, pero es muy difícil satisfacer sus instintos y cualquier raza de perro que no tenga cubiertas sus necesidades físicas y mentales puede ser un problema potencial. Por tanto, como perro que pesa más de 20kg sumado a que es un perro especialmente delicado en el trato, su desequilibrios de comportamiento pueden ser frecuentes y provocar situaciones complicadas, como el caso extremo del Malinois que mató a un menor de cinco años en septiembre de 2021 en Lucena.

Dejarse llevar por las modas dentro del mundo animal y comprar un perro de la raza pastor belga malinois sin saber lo que se está adquiriendo puede tener consecuencias negativas tanto para el perro como para el nuevo dueño, provocando situaciones de abandono animal o de cesión del ejemplar por no poder controlarlo. Hace cinco años las protectoras registraban una entrada media de cuatro perros de raza pastor belga malinois por semana y muchos avisos de búsqueda de nueva casa. Esta raza canina se puso de moda sobre todo por películas donde estos perros son grandes héroes americanos, por los vídeos de perros policía haciendo labores de defensa, protección del hogar, alta obediencia y competición. Pero el malinois no viene al mundo estando ya educado ni tendrá ese temperamento sin educación alguna. Un malinois obediente es un malinois que ha sido convenientemente entrenado con mucho trabajo y esfuerzo. Además, es un perro generalmente complicado porque suelen ser perros sensibles que se pueden romper fácilmente en manos inexpertas.

El malinois no es una versión del pastor alemán, son dos razas distintas. Al ser esta una creencia muy extendida, mucha gente se sorprende de los problemas que acarrea tener un malinois mal socializado o incorrectamente estimulado.
Los problemas más frecuentes por los que se abandonan injustamente a esta raza son:
“Agresividad” hacia el dueño o personas ajenas a la familia. En la mayoría de ocasiones no se trata de agresividad, sino de que el animal descarga su frustración, mal manejo o excitación lanzando mordiscos nerviosos.
Persecuciones de coches, bicis o corredores. A los perros pastores les activa el movimiento, así que desde bien pequeños hay que empezar a trabajar con ellos estas situaciones para que no reaccionen a estos estímulos. Muchos malinois presentan una condición que se llama “redirección de mordida”, lo que quiere decir que cuando no alcanzan lo que quieren perseguir, muerden al propio dueño por frustración y exceso de excitación.
Miedos e inseguridades. Los malinois son perros sensibles, por lo que desde cachorros se han de familiarizar muy bien con todo tipo de ruidos, entornos y manipulaciones. Los miedos ocasionan que reaccionen y sean imprevisibles.
Destrozos y ladridos. Debido a la ansiedad, la convivencia con un malinois puede ser un auténtico infierno. Esta raza necesita ser ejercitada tanto física como mentalmente, necesitan nuevos retos para sentirse realizados. No se agotan fácil, por lo que los juegos repetitivos como ‘tirarle la pelota’ alteran al perro y lo activan sin límite, control ni disciplina.
No son perros de guarda sin entrenamiento previo. Los dueños inexpertos de malinois creen que dejando a un malinois de cuatro meses solo en el jardín de casa sin salir de allí van a tener un gran perro guardián y obtienen el efecto contrario. Son perros sensibles, por lo que sin estímulos conseguiremos tener un perro miedoso a la gente y a los ruidos fuertes que huirá para esconderse.

Por todo esto, es importante formarse y tener experiencia antes de adquirir un cachorro de malinois. En caso de no tener la experiencia necesaria, es importante que un buen criador canino os ayude a elegir un ejemplar de esta raza y que un buen adiestrador canino os realice un seguimiento, además de un club canino donde os ayuden con su entrenamiento y educación.